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!Bienvenido a la aplicación Lectura Pública de la Biblia!

Aquí encontrarás la nueva Audio Biblia Dramatizada, una producción con efectos de sonido, música y actuaciones de la más alta calidad que hacen que la Palabra de Dios cobre vida. Al escucharla, sentirás como si estuvieras allí en medio de cada una de las historias narradas en la Biblia. La app además ofrece un recurso ideal para las iglesias con planes de lectura integrados que hace que la Lectura Pública de la Biblia sea más fácil que nunca.

Visión
¡Bienvenido a la aplicación Lectura Pública de la Biblia! La lectura pública de la Biblia retoma la práctica de leer y escuchar las Escrituras en comunidad.
Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

Consejos Prácticos
Para las reuniones en persona, es bueno tener Biblias impresas disponibles para que los participantes puedan leer, en caso de que no la tengan disponible en sus dispositivos móviles.
Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

Consejos Prácticos
Para las reuniones en persona, es bueno tener Biblias impresas disponibles para que los participantes puedan leer, en caso de que no la tengan disponible en sus dispositivos móviles.
Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Aquí encontrarás la nueva Audio Biblia Dramatizada, una producción con efectos de sonido, música y actuaciones de la más alta calidad que hacen que la Palabra de Dios cobre vida. Al escucharla, sentirás como si estuvieras allí en medio de cada una de las historias narradas en la Biblia. La app además ofrece un recurso ideal para las iglesias con planes de lectura integrados que hace que la Lectura Pública de la Biblia sea más fácil que nunca.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

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Para las reuniones en persona, es bueno tener Biblias impresas disponibles para que los participantes puedan leer, en caso de que no la tengan disponible en sus dispositivos móviles.
Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
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Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

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Para las reuniones en persona, es bueno tener Biblias impresas disponibles para que los participantes puedan leer, en caso de que no la tengan disponible en sus dispositivos móviles.
Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Aquí encontrarás la nueva Audio Biblia Dramatizada, una producción con efectos de sonido, música y actuaciones de la más alta calidad que hacen que la Palabra de Dios cobre vida. Al escucharla, sentirás como si estuvieras allí en medio de cada una de las historias narradas en la Biblia. La app además ofrece un recurso ideal para las iglesias con planes de lectura integrados que hace que la Lectura Pública de la Biblia sea más fácil que nunca.

Visión
¡Bienvenido a la aplicación Lectura Pública de la Biblia! La lectura pública de la Biblia retoma la práctica de leer y escuchar las Escrituras en comunidad.
Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
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¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

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Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
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Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

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Para las reuniones en persona, es bueno tener Biblias impresas disponibles para que los participantes puedan leer, en caso de que no la tengan disponible en sus dispositivos móviles.
Puedes elegir un plan de lectura de 20, 30, 45 o 60 minutos, según lo que funcione mejor para tu grupo. Ten en cuenta que la Biblia tarda 100 horas en leerse en su totalidad.
Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
También, encontrarás videos de El Proyecto Biblia al comienzo de cada sesión. Estos videos son opcionales y brindan un contexto útil, como la estructura narrativa, los temas y el trasfondo histórico del libro para cada sesión. Estos videos son atractivos y accesibles, y pueden enriquecer la comprensión del grupo acerca de los pasajes que se leen.
Discutir los pasajes de la Biblia al terminar la lectura, es completamente opcional pero te recomendamos que sea simplemente para compartir lo que más les gustó de la lectura; este no es un tiempo para predicar o enseñar, sino para escuchar juntos la Palabra de Dios. Al finalizar, asegúrate de animar a los miembros de tu grupo a que se unan a la próxima sesión.

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Leer la Biblia en comunidad fue fundamental para la vida del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento. Las lecturas públicas de las Escrituras sirvieron como un acto de recuerdo y formación de identidad. Esta práctica se encuentra en toda la Biblia, desde el tiempo de Moisés con la lectura de la Ley hasta las reformas del rey Josías y la renovación que trajo al pueblo de Israel un líder como Esdras.
En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
¡Que tu comunidad crezca en el conocimiento y el amor de Dios y esté equipada para participar en su obra! ¡Gracias por ser parte de este movimiento!

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Dentro de los planes de lectura, cada sesión comienza y termina con un Salmo como oración de apertura y cierre. Cada sesión también incluye una lectura del Antiguo Testamento y una lectura del Nuevo Testamento.
Recomendamos hacer breves pausas (1 a 3 minutos máximo) al final de los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento para que los participantes puedan reflexionar en oración sobre lo que han escuchado.
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En la época de Jesús, leer la Ley y los Profetas en voz alta en las sinagogas era un elemento central de la vida judía. Los primeros cristianos mantuvieron esta tradición y las cartas del apóstol Pablo se leyeron en voz alta en sus reuniones. Esta práctica era tan importante para Pablo que en 1 Timoteo 4:13, instruyó a todos diciendo ""... dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos"" (NVI).
La Palabra es el alimento del pueblo de Dios. Reunirse regularmente para leerla y escucharla hace que conocer y amar la Palabra de Dios sea tan simple como comer una buena comida. Hoy, puedes compartir esta práctica con tu comunidad.
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